La terapia de pareja puede ser iniciada por uno de sus miembros o por los dos, cuando uno de sus miembros siente malestar debido a incompatibilidad de caracteres, ausencia de atractivo o deseo sexual, ausencia de un proyecto de vida en común o diferencias en la escala de valores, lo que degenera en una mala convivencia, distanciamiento, incomprensión, mentiras, desconfianza, problemas con la familia política, celos, infidelidades, dependencia emocional, etc.

Esto puede llevar a la ruptura, separación o divorcio, momentos muy amargos en nuestras vidas. La terapia de pareja es muy efectiva para el tratamiento de estas problemáticas o para reestablecer la comunicación sincera en la pareja.

En la terapia se escucha, se habla y se reflexiona con el terapeuta. Es un espacio íntimo, privado, protector, seguro y totalmente confidencial dedicado a potenciar la comunicación saludable en la pareja. Se aprende a conocer las necesidades del otro, entenderlas sin juzgarlas, plantear los problemas a resolver, discutir de manera efectiva sin hacerse daño. Es decir, sin manipulaciones emocionales ni engaños y así resolver las diferencias llegando a soluciones compartidas que mejoran la relación y que pueden acaban por unir mucho más a la pareja de lo que lo estaban antes de iniciar la terapia.

La terapia de pareja es muy efectiva y agradecida. Es posible que con unas cuantas sesiones se pueda superar una crisis. Se acude a consulta una vez por semana y con el tiempo con menos frecuencia. A no ser que la relación se encuentre en un proceso de deterioro tan considerable en que se necesiten varios meses.