La depresión es un problema emocional grave que provoca un gran sufrimiento a quien la padece y que a menudo no es comprendido por las personas que conviven con la persona deprimida. A la persona deprimida le resulta muy difícil, a veces imposible, explicar lo que siente, cómo se siente, a los demás y a sí misma. La depresión tiene que ver con el sentimiento de desesperanza. Suele desarrollarse lentamente aunque en ocasiones comienza de forma repentina, abrupta. Si se desarrolla lentamente al principio la persona deprimida manifiesta preocupaciones excesivas por la salud. Pero al poco llega la tristeza profunda, el abatimiento, la mirada perdida en el vacío. También puede manifestarse con una incapacidad para sentir interés o placer por aquellas actividades que antes si resultaban interesantes y placenteras.

En cualquier caso, la persona deprimida puede manifestar, además, un aumento o pérdida de peso o de apetito, o dormir mucho o insomnio, fatiga o “cansancio infinito” para realizar cualquier cosa, sentirse muy culpable, inútil, con problemas para pensar, concentrarse o tomar decisiones y lo más terrible de todo, pensar o desear la muerte. En algunas ocasiones pueden aparecer delirios o alucinaciones. Los momentos más duros del día son las mañanas, mejorando durante la tarde y la noche.

Las personas que conviven con una persona deprimida tratan de ayudar al deprimido pero muchas veces sienten que cualquier cosa que le digan no sirve de mucho, con lo que sienten impotencia y rabia.

Es muy importante acudir a un médico cuanto antes. Si es posible, acompañado de un miembro de la familia, o quizá de un buen amigo, que explique al médico cómo lo ve. Existen tratamientos farmacológicos muy eficaces para la depresión y cada vez tienen menos efectos secundarios. Con todo, acudir a terapia también es muy beneficioso tanto para el paciente como para la familia, que a veces se siente desbordada por la situación y no sabe qué hacer y qué no hacer, qué decir y qué no decir.

La empatía, la comprensión, la escucha que no juzga, el apoyo emocional y el acompañamiento por parte de un profesional ayuda mucho a la recuperación del paciente y alivia su sufrimiento mientras se recupera. Es posible salir de la depresión.