Una ruptura sentimental, una separación o un divorcio es uno de los momentos más amargos que podemos vivir las personas. El vínculo con aquella persona que una vez nos hizo sentir seguros e ilusionados y que nos llevó a iniciar un proyecto de vida en común se rompe y se inicia una crisis. Es mucho peor si la ruptura no ha sido de mutuo acuerdo y si se han tenido hijos. La pérdida de la pareja produce un desgarro interior, es un duelo en el que emergen sentimientos de confusión, culpa, rabia, frustración, nostalgia, ansiedad.

Muchas veces nos resulta muy difícil afrontar los sentimientos que emergen en estas situaciones, aprender de la experiencia, tomar decisiones, dejar atrás el pasado y volver a encarar el futuro con esperanza e ilusión. Es necesario que pase tiempo para poder asimilar la pérdida y los cambios que van a suceder en nuestras vidas. Es un paréntesis de la vida de reflexión y aprendizaje que no está exento de dolor.

La psicoterapia es un espacio íntimo, seguro y confidencial donde poner en claro lo que nos pasa y el porqué nos pasa, donde sentirnos acompañados y comprendidos sin ser juzgados, donde afrontar nuestros sentimientos de manera saludable gracias a la ayuda de un profesional. Permite ir superando los obstáculos y aprender de nosotros mismos y de la experiencia así como aliviar y terminar con el malestar.

Una vez la persona vuelve a sentirse bien es posible elegir mejor a la siguiente persona que será su nueva pareja. Si la crisis no se supera satisfactoriamente puede cronificarse y bloquear el desarrollo sentimental de la persona.